La imponente aeronave un Airbus A321, bajo la marca Sky Cana, hizo un recorrido por la pista, recibiendo la bienvenida por dos camiones del cuerpo de bombero, que formaron un arco de agua por debajo del cual pasó el avión.
Las Águilas Cibaeñas representante de la República Dominicana, salieron a las 3:00 de la tarde de Mazatlán, México, donde se coronaron campeones invictos de la versión número 63 de la Serie del Caribe.
Luciendo vistosos sombreros y la mascarilla que manda el protocolo, comenzaron a descender de las entrañas del avión los jugadores tanto aguiluchos como refuerzos.
El primero que hizo aduana y salió por la puerta hacia la parte frontal del aeropuerto fue Ramón Torres, quien fue una figura clave para los amarillos tanto para la corona 22 nacional y la sexta en el clásico caribeño.
Luego lo hizo Iliana Rosario, Directora de Relaciones Públicas de las Águilas, quien a preguntas de los periodistas informó que no había celebraciones planificadas y por el contrario exhortó a los aficionados a mantenerse tranquilo y cumplir con el protocolo de salud.
Las personas que ocupaban toda la parte frontal del aeropuerto Cibao, estallaron una gran ovación, cuando hizo presencia Juan Lagares, el MVP de la Serie del Caribe y el mejor jardinero central.
“Muy contento de poder aportar a este triunfo”, explicó el nativo de Constanza y quien confirmó que firmó un contrato de ligas menores con los Angelinos de Anaheim.
Ángel Ovalles, el flamante General de Operaciones de Béisbol, quien exhortó a los dominicanos a sentirse orgullo de este equipo, indicando que va a comenzar a trabajar de inmediato para retener la corona.
Era imposible no ver en la distancia cuando se acercaba Jumbo Díaz, quien pudo hacer el viaje después de comprobar que era un falso positivo su caso del Covid-19 y quien aclaró que lleva el nombre de “Arepa por Siempre” en sus zapatos, en honor a su padre que tenía ese apodo.
Otro que salió sonriente fue Melky Cabrera quien tenía 12 años que no jugaba en la pelota dominicana y regresó para ser campeón. “Vamos a descansar y dedicar tiempo a la familia y el tiempo dirá donde iremos”, expresó.
El espigado Ronald Guzmán y Francisco Peña salieron portando el trofeo de campeones, lo levantaron hacia el público y la algarabía fue ensordecedora, pero rápidamente lo pasaron al manager Félix Fermín y este al Capitán Juan Carlos Pérez.
Quilvio Hernández fue el siguiente en cruzar el umbral, asegurando que este ha sido un año que engrandece la franquicia de las Águilas Cibaeñas y destacando que ha logrado lo que logró su papá Tito Hernández.
El público demostró con su griterío, el cariño que tiene por el panameño Johan Camargo, quien no podía ocultar lo feliz que estaba, indicando que le gusta ganar y por eso se entrega al equipo.
Robinson Canó fue el próximo, asegurando que la idea era disfrutar al máximo y se logró, en tanto que Carlos “El Tsunami” Martínez, luciendo una enorme águila en su sombrero gritó, “Fuimos a buscar la corona y la trajimos”.
La prensa también le fue encima al receptor Carlos Paulino, quien dio el hit de la victoria en el partido del viernes contra Panamá, indicando que le hizo el vaticinio a Francisco Peña de que él iba a ganar el juego.
A las 12:00 de la medianoche, cuando ya comenzaba a despuntar el lunes, otros jugadores y acompañantes de las Águilas Cibaeñas seguían saliendo del Aeropuerto internacional del Cibao, por donde salieron llenos de sueños y regresaron con los sueños realizados.
Por Tuto Tavárez
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