POR TUTO TAVÁREZ
El fraterno y querido Rubén De Lara Fernández acostumbraba a decir: “Cuando pase el nublado contaremos las estrellas”.
Con relación al béisbol profesional, ya la nube pasó y ahora aprovechemos los rayos solares para exponer algunas inquietudes.
En entrega anteriores hemos reconocidos los méritos de cada uno de los actores que intervinieron en el pasado torneo.
Nos referimos a los méritos del gobierno, Lidom, los equipos, Fenapepro, Salud Pública, los jugadores, entre otros.
Pero hoy vamos a denunciar una especie de yugo que tienen los equipos contra los jugadores, sin que Lidom ni Fenapepro hagan nada.
Hay peloteros que no tienen espacios para jugar en los equipos a lo que pertenecen, pero tampoco reciben permisos para jugar en otras ligas.
No los necesitan, no los utilizan, pero tampoco les dan permisos para jugar en uno de los circuitos que existen en el Caribe.
Esos jugadores se pasan el invierno ociosos y sin ganar ni un centavo para el sustento de su familia
Cuando pueden jugar en Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Nicaragua, Panamá y México.
Conocemos casos de jugadores que consiguieron buenos contratos, pero les negaron los permisos y no decimos nombres para no perjudicarlos.
Incluso, hubo caso que fueron llevados directamente a Erick Almonte y después de conocerlos y asegurar que resolvería, parece que le doblaron el brazo.
Hubo caso en que Lidom no avaló los permisos, porque no podía hacerlo antes del sorteo de jugadores criollos, pero eso es después de la Serie Regular y ya no hay donde conseguir trabajo.
No es que los equipos se desprendan de sus jugadores, pero pueden otorgarles los permisos y si los necesitan los llaman, con la ventaja de que está en forma.
¿Qué pelotero que esté jugando fuera de su país, no le va a querer venir al suyo, donde están sus familias y amigos?.
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